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8 de abril de 2012

Sujeto acude a alcohólicos anónimos diciendo que su problema no es el alcoholismo sino el anonimato


Un sujeto que había ido a hacer una consulta acusiante a alcohólicos anónimos debió retirarse decepcionado al serle comunicado que no existía ningún tratamiento para su problema de anonimato. El hombre dijo a este medio que la razón de su padecimiento es que sus padres nunca quisieron revelarle cuál era su nombre luego de que se dieran cuenta que el nombre que habían elegido para su hijo “no les gustaba en absoluto”.

El sujeto anónimo explicó a Moloko Vellocet: “De chico nunca fui llamado, ni siquiera para ir a la mesa”. Esto derivó en que el niño desarrollase una capacidad telepática para descubrir cuándo sus padres lo solicitaban o se estaban yendo de vacaciones sin él. “Tuve una infancia sufrida. Recuerdo que me refugiaba en la lectura de autores anónimos; leía Robin Hood, Simbad el marino, el Cid Campeador y la Biblia”. Sus suplicios, sin embargo, no se limitaban al ámbito familiar sino que se prolongaban a la escuela. “Ni siquiera mis compañeros se dignaban a ponerme un apodo. Yo les rogaba que por favor lo hicieran, por más ofensivo que fuera, pero me contestaban una y otra vez que no encontraban ningún motivo para apodarme dado que yo no era gordo ni pelirrojo ni corría como un pato. Recuerdo también que en la secundaria, a la hora de tomar lección yo siempre era el primero en ser llamado pues la rectora había decidido que ‘nada’ estaba antes que ‘A’.

Moloko Vellocet: ¿No se le ocurrió hacer un reclamo a la Real Academia Española por esta última cuestión?

: La Real Academia Española avala que ‘nada’ está antes que ‘A’.

M.V.: ¿Te molesta que te pregunten cómo te llamás?

: Por supuesto. Tengo que contestar “No me llamo”.

M.V.: ¿Te molestaba esa propaganda de Banco Río en que un montón de chicos decían su nombre?

: Me enfurecía. Todas esas caras bonitas con nombres. Esto nunca se lo conté a nadie, pero una vez vi a uno de esos chicos en la calle y lo golpee hasta que le salió sangre de la nariz.

M.V.: ¿Te disculpaste?

: No.

M.V.: ¿Alguien se disculpó en nombre tuyo?

: ...

M.V.: Uy, disculpá. Cambiando de tema ¿alguna vez pensaste en hacerte llamar N/N?

:Lo pensé. Pero sonaba demasiado policial.

M.V.: ¿Conociste otras personas que como vos no tuvieran nombre?

: Conocí a varias. Pero lamentablemente he perdido el contacto por no poder anotarlas en mi agenda.

M.V.: ¿Cómo te sentís luego de que la organización alcohólicos anónimos no te haya admitido?

: Sumamente decepcionado y triste. Porque este hecho nos demuestra que en la Argentina no hay igualdad. ¿Cómo es posible que esta organización se ocupe tanto de los alcohólicos y no tenga ni un puto folleto para los anónimos? Esto revela que los alcohólicos son verdaderamente poderosos en este país, un verdadero grupo de presión sostenido por los Quilmes, los Heineken. Y después te recomiendan que pienses en verde. Ellos piensan en los ‘verdes’.

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