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23 de noviembre de 2009

Manifiesto del Humor sociológico. Prologo al libro OBSESION MANIACO DEPRESIVA CON IRA NARCISISTA INVOLUNTARIA de Esteban Sona

Esteban Sona ha demostrado, a través de su preocupación constante por la identificación de los patrones de sociabilización y la cuestión de la relación entre personajes imposibles, que es merecedor de este prólogo, de un escritor ya consagrado, como soy yo mismo dentro de 42 años.

Intuyo que el autor ha sido depositario inconfundible de las virtudes de ese nuevo género que ya se esboza bajo la etiqueta de Humor sociológico y que de seguro recorrerá el mundo, de conseguir vuelos en temporada baja.

Y la adjudicación del autor Esteban Sona a este género naciente no es algo menor, puesto que la sociología ha estado durante largo tiempo estancada, en un estado de aturdimiento persistente. La hemos visto repitiendo, como la hija boba de alguna disciplina decimonónica olvidada, consignas sobre dinámicas abstractas, aisladas, maniqueas y escasamente explicativas. Toda la parafernalia orientada a un público dentro de todo curioso y lúcido que, con los libros de sociología ya en su mano, optaba por la contemplación de esas fotos sobre la larga barba de Max Weber, o las entradas incisivas en la cabellera de Karl Marx.

¿Cuál es la idea? La disciplina sociológica, volcada en su pregunta instrospectiva pre-puber ¿Qué me está pasando?, mantenida en esa modalidad del ser durante años y años, cedió a la literatura y, más concretamente, a la sensibilidad de la poesía lumpen, la contemplación de las personas reales, que no esperan a la visita de un profesional con una grabadora para babearse o para gritar Cheto Puto dos veces con mayúscula.

La lumpenpro-esía no dudó ni un segundo en asir ese objeto que le dejaba la sociología, ya completamente abandona de sí misma y del mundo que le fue entregado en la repartición de temas de interés que hicieron esas figuritas de enciclopedia Larousse conocidas como Ilustración.

Bien, he aquí que el autor de este libro ha dado el segundo gran paso en el camino inevitable de la gloria que recorrerá el Humor sociológico, luego de la aparición de una de sus obras fundacionales: “Prohibido fu-marx” de Kilstein. Es por ello que Esteban, al retomar mi legado (ya en mi avanzada y senil edad literaria de 28 años), al secundarme en este ambicioso desafío, se ha convertido para mí en lo que Buzz Aldrin fue para Neil Amstrong, en lo que Juan de Garay fue para Pedro de Mendoza, en lo que Lacan fue para Freud. Es decir, sólo por su intermedio he llegado a ser el que siempre estuve destinado a ser.

¿Y cómo lleva adelante Sona esta empresa de observación y caracterización social? En su texto “El mapa clasificatorio de la familia disfuncional tradicional”, nos revela la modalidad que adquiere el drama del lumpen merquero abandonaticio que sólo puede efectuar una enorme renuncia, una renuncia cósmica, a condición de que persista un detalle singular a lo que no esté dispuesto a renunciar: la medicina prepaga garantizada por su marco de seguridad familiar. Así lo expresa el autor: “Un individuo suficientemente apto para rechazar los lineamientos de su familia pero no suficientemente apto para aceptar que dejen de pagarle la obra social”. ¿Puede seducirse mejor a una Hegeliana tetona en una sola frase? ¿Es posible acaso tener un acceso más fresco y vital al núcleo íntimo de nuestra realidad, de ese Universal encarnado ya/siempre en el momento particular de su negación?

No conforme con haber prestado semejante servicio a la humanidad más o menos letrada, continúa nuestro autor, parafraseando a una Bohemia políticamente correcta. “Yo como vegetales porque los vegetales no tienen sistema nervioso entonces…”, ¿no es acaso éste el núcleo íntimo de la verdad auto-proclamada de los militontos correctones que se satisfacen en encontrar sistema nervioso, alegoría de la sensibilidad, en todas las cosas, incluso en la clase obrera? ¿No es quizá el sistema nervioso que los vegetarados encuentran con tanta facilidad en animales el índice de su propio rechazo a enfrentar SU sistema nervioso, y verlo allí, desgajado y lleno de protuberancias?

Finalmente, quisiera destacar lo que me parece uno de los mayores avances de la tipificación sociológica, con el que se verá enfrentado el lector de este libro. Se trata de la figura del Tío. Pero no de cualquier tío, sino el Tío como Gran Otro lacaniano, como aquél ser fantasmático sobre el que se deposita nuestra creencia sobre la existencia abrumadora de lo extraño, esa ausencia de familiaridad encarnada en un cuerpo al interior de nuestra propia familia, un ser del que esperamos no nos toque sentarnos muy cerca en fiestas familiares. Así lo define Esteban: “Ejemplar del cual existen diferentes variantes (…) el tío adinerado pero nunca dadivoso, el tío policía, estridente y fálico, el tío que vive en algún país anglosajón o el tío comprometido por su “pasado” enturbecido por su contacto con diversas sustancias psico-activas”. Esta figura es fundamental para comprender la funcionalidad del Tío en determinados ritos de iniciación sexual entre tribus adolescentes del Pleistozeno (aprox. 1962-1966), y echar luz sobre el convencimiento de los seres cercanos sobre su habilidad para reparar electrodomésticos.

Sin duda, la obra de Esteban Sona ha demostrado grandísimos aportes para la evolución de este género que será recordado por los Diccionarios de Literatura del futuro como Humor sociológico. Quizá los diccionarios de sociología también se copen. Besos.

23/11/09

Andrés Kilstein

Sociólogo, comediante, aforista, primo de Gerardo Rozín.

16 de noviembre de 2009

6 de noviembre de 2009

Luego del éxito de mi monólogo de Egresados del CNBA, más gente se quiere colgar de mis tetas


Aquí va el nuevolibro del periodista Javier Sinay. Me pidió especialmente que lo posteara, luego del ascenso de mi blog al podio de los más grandes de la contemporaneidad. El libro es excelente y no contiene ningún material antisemita ni afecta a nignuna minoría sexual/nacional/étnica/genética o religiosa. Enhorabuena, Javier!

Maldiciones en idish

3 de noviembre de 2009

Monólogo del infotr@ns

Monólogo de las computadoras