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29 de enero de 2012

Las consecuencias no buscadas de la tira de Gustavo Sala.


En el Museo Eduardo Sivori, ese espacio tan agradable a las márgenes del Rosedal, se exhibe actualmente una muestra sobre el pintor judío polaco Maurycy Minkowski. Hace dos fines de semana, mientras estaba paseando en bici alrededor del lago, fui sorprendido por un cartel grande y vertical anunciando la muestra del artista. Contaba con el auspicio de la Fundación IWO, el centro de investigaciones judaicas más importantes de Buenos Aires. Detuve mi recorrido y me metí en el museo. Minkowski se dedicaba originalmente a la composición de paisajes. Pero sacudido por las cruentas escenas que dejaba el estallido de los pogroms, su idea de la pintura viró radicalmente. Los pogroms eran persecuciones violentas contra los judíos, que incluían saqueos, linchamientos, hogueras, abusos sexuales, destrucción de viviendas y comercios, que tenía por protagonistas a turbas enardecidas en Rusia, Ucrania, Rumania, Bessarabia, Bielorrusia, alentados la mayoría de las veces por autoridades zaristas y con la anuencia de las fuerzas policiales. Minkowski se dedicó a retratar los rostros de las víctimas, los cuerpos vulnerados que resultaban de los estallidos de violencia. Las imágenes son estremecedoras y vale más acudir a la muestra y verlas que mi fútil intento por reconstruirlas con la palabra.

¿Qué tiene que ver esto con la tira de Gustavo Sala? El domingo pasado otra vez me encontraba paseando frente al museo y contemplé como aquella gigantografía que anunciaba la muestra de Minkowski (la misma que capturase mi atención con anterioridad) se encontraba cubierta con una pintada negra que rezaba: “No a la censura”. Una mente razonable encuentra difícil trazar una posible asociación entre un pintor del siglo XIX que retrataba la vida judía en la Europa Oriental, con algún tipo de censura. Pero era cuestión de abandonar la razonabilidad para advertir que el mensaje que atentaba contra la muestra de Minkowski, en realidad, estaba dirigido a toda la comunidad judía (una suerte de castigo colectivo por la desgracia del artista de nacer judío) y guardaba relación con el alegato de que habría un intento de censurar a Gustavo Sala luego de su torpe humorada. El caso le vino como anillo al dedo a los antisemitas, reflotando la teoría del lobby judío y el control de los judíos sobre los medios de comunicación, sugiriendo el poder de las instituciones comunitarias, encabezadas por AMIA y DAIA, para acallar a las voces indeseables en los medios a su voluntad. Es ridículo hablar de censura cuando la impresentable tira de Sala fue publicada. En el caso hipotético de que en el futuro los editores se abstuvieran de trabajar con Sala, la única responsabilidad (o irresponsabilidad) sería la del autor.

La pintada me dio mucha lástima, porque la muestra de Minkowski merece ser respetada y honrada. Sin embargo, el caso es sintomático de cómo el fenómeno del antisemitismo “trabaja en lo hondo”; es un sentimiento profundo, no superficial, y encuentra circunstancias propicias para producir pequeñas erupciones. Lo de Sala probablemente haya sido sólo una torpeza; el respaldo de los dibujantes: ciego corporativismo; pero las pintadas contra un museo (y las otras potenciales pintadas contra instituciones judías con el mismo alegato) son actos de antisemitismo. Esto demuestra cómo la torpeza también puede tener efectos antisemitas.
Nota final: y de paso hago un llamado a que aprovechen y concurran a la muestra en el Sivori, antes de que finalice el 20 de febrero.

10 comentarios:

  1. Excelente defensa Y GRACIAS por hacer conocer la muestra de MINKOWSKI.
    EL UNICO LIMITE DEL "HUMOR NEGRO" ES LA OFENSA.
    (@ENERAPRIEL).

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  2. Más que "NO A LA CENSURA" yo diría "NO A LA PARANOIA". El vínculo entre ese cartel y Sala lo hace la mente del autor de este blog...

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  3. Ah , bueno... bienvenidos a los años 30! Si el acusado o victima es judío, es un invento suyo, así ni la conexiòn mas obvia entre un hecho y su ideología sera visible!

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  4. Lamento lo que ha pasado con la exposición de Minkowski. Es víctima, al igual que Sala, de los exaltados. No nos engañemos, del mismo modo que hay judíos que protestaron ante las declaraciones de AMIA y DAIA, hay personas que les parece tan mal atacar a Minkowski como a Sala.

    Hay personas que no ven esto como un enfrentamiento entre judíos contra antisemitas, sino como lo que es: un enfrentamiento entre extremistas -a los que viene muy bien avivar los fuegos y llamar a la lucha, para tener soldados que mueran por sus causas- y gente normal, pacifica y amante de la libertad, que se resiste al enfrentamiento.

    La tira de Sala es contra un DJ, David Guetta, que había pasado de las muertes ocurridas en un concierto suyo, llevándolo al extremo más grande que se nos podría ocurrir: los campos nazis. De ello da datos, e incluso pone en boca de víctimas y verdugos que se hacía jabón con los muertos. Ni siquiera hay nada que identifique a las víctimas como judíos, pudiendo ser homosexuales, izquierdistas, gitanos o algún otro. No es antisemita.

    Responder a las amenazas que sufre Sala no es, automáticamente, antisemitismo. No se responde a todos los judíos ni se responde contra todos los judíos. Se responde a favor de la libertad de expresión, ya que Sala no violó ningún derecho fundamental con ese recordatorio del holocausto.

    También tengo familia que pasó por esos campos, algunos no volvieron y no sabemos dónde están. La tira, como chiste, no me hizo gracia; pero no la censuraría. Mucho menos amenazaría a Sala, convirtiéndome en lo mismo que digo repudiar.

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  5. Soliloco, la tira de Sala no solo fue de pesimo gusto y realmente mala, sino que deliberadamente provocadora hacia los judíos. Decir que fue contra Guetta o contra toooodos los que fueron asesinados en los campos, es ningunear el derecho de los judíos a sentirse ofendidos por un insulto alevoso.
    Si Sala es lo suficientemente conciente como para provocar de esa manera, que se haga cargo. Y si a alguien no le gusta lo que opinan AMIA y DAIA, que se lo banquen, ¿O la libertad de expresión es unidireccional nada más?

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  7. Angus, cordialmente. Creo que es comprensible que la tira de Sala no nos gustara. Obviamente, no se me ocurriría condenar a alguien por mi gusto, arbitrariamente, sería una traición a los míos.

    1. 1. -Responsabilidad por los subjetivo.
    Es posible, y muy razonable, que veas judíos como yo veo a mis tíos. Cualquier persona tiene derecho a sentirse ofendida. Solo faltaría que se prohibiera a la gente sentir, o hacer la lectura que su realidad le dicte. Son eso, lecturas subjetivas de las que el autor no puede responsabilizarse.

    1. 2. -Responsabilidad por lo objetivo.
    En todo caso (es humor, no un discurso formal) al autor se le podría responsabilizar de lo que sí pone en su obra. Objetivamente no se puede decir quiénes son: no son caricaturas étnicas, ni llevan distinciones, ni el dialogo lo aclara. Tengo un amigo que deduce, por las pistas, que son homosexuales alemanes (por las caras, la forma de bailar, la música, etc.). Aunque creo que bromea, lo argumenta objetivamente... y no entiendo esa música.

    Sala identifica a Hitler y señala a Guetta, haciendo un paralelismo grotesco y soez de hechos en la carrera de ambos e, incluso, poniéndoles de acuerdo. La tira es claramente anti-Guetta, no hay más. Que lo demande él.

    2. 1. -Tener responsabilidad.
    Se podían haber dicho mucho desde una responsabilidad que es guía, que debería servir para mostrar el camino correcto (sobre todo juzgando a los demás) para ayudar. Buscar y generar odio (o la terrible precaución temerosa) donde no lo había me parece irresponsable. Encender la hoguera contra alguien por lo que uno sienta, quiera sentir, diga que siente o quiera que los demás sientan -sin más prueba que su (por otra parte comprensible) subjetividad- es irresponsable.

    Mucho menos derecho hay a las amenazas de muerte que Sala ha recibido.

    2. 2. -Ser responsable.
    Se podía haber pedido más cuidado a Sala, con todo el derecho de los sentimientos, y a sentirse mal con la tira o el autor. Mostrar una bien justificada precaución ante lo cerca que se puede estar de faltar al respeto a quién no se pretende. Sabiendo -por lo menos debiendo saber, siendo responsable- que el humor de Sala es desagradable de por sí (en mi subjetiva opinión) pero no el autor como persona, que además no es ni de lejos antisemita.

    2. 3. - Irresponsabilidad.
    Mover este asunto de la forma en que lo hacen algunos -a favor y en contra- buscando el rencor y el odio. Prender hogueras y llamar a la lucha no me parece correcto. Generar odio y luego callar (tirar la piedra y esconder la mano) cuando se han producido tales amenazas que por sí solas son agresiones.

    Por suerte hay voces desde todos los pretendidos bando que llaman al entendimiento. Mi enemigo es y será siempre el que busca enfrentamiento,el de que avienta las brasas. Mi bando será el de quien busque dialogo y comprensión.

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  8. Evidentemente, después de un buen tiempo pasado de este incidente, es claro que nadie asesinó a Sala ni le prendió fuego a su familia, a pesar de las “terribles” amenazas recibidas. Ni siquiera lo metieron preso, o le cortaron la lengua y las manos por blasfemo, como algunos piensan que hace la DAIA con los que osan meterse con los judíos.
    Es cierto que éstos suelen ser más susceptibles y paranoicos que otros grupos, lo cual es absolutamente entendible y para nada reprochable teniendo en cuenta la historia, pero el nivel de histeria y persecuta de los que tienen el culo sucio respecto a los judíos, es incomparable!
    Por suerte este “escándalo” no pasó a mayores, aunque sirvió como muestra de que tan bajo puede caer un “humorista”, así como de los ridículos malabarismos corporativos de sus colegas para defenderlo del omnipotente y maléfico lobby judío.

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  9. "Es cierto que éstos suelen ser más susceptibles y paranoicos que otros grupos,"
    No, no es cierto. Lo cierto es que hay judíos paranoicos, judíos que no, gentiles paranoicos y gentiles que no. La generalización de que los judíos son más paranoicos es inaceptable, y da pié a consideraciones antisemitas.

    El poco jabón que se hizo, si queremos mucho rigor, fue de eslavos. Un hecho es que algunos judíos -que saben el dato- se prestaran a la manipulación del holocausto en contra de otros judíos de una corriente casi opuesta. No olvidemos que Página 12 y su suplemento tiene destacados puestos ocupados por éstos, y que los primeros ocupan desde hace no mucho la dirección de asociaciones implicadas. Una cosa es que engañaran a quién se fía de ellos, que se dejara liar para una lucha espuria y fratricida. El hecho de que ayudaran circunstancias políticas ajenas al judaísmo -y a las que tampoco ha importado la desvalorización del holocausto que supone usarlo para estos fines- como las características políticas atribuidas al periódico, es una cosa.

    Otra, muy distinta, es que todos los judíos pensaran lo mismo o se dejaran engañar. No es así. De hecho nos consta, porque así los pudimos ver, que hay judíos que rechazaron de plano semejante reacción y protestaron por ello.

    "lo cual es absolutamente entendible y para nada reprochable teniendo en cuenta la historia"
    ¿Cómo es posible que en el siglo XXI, y hablando precisamente del terror de mediados del XX, podamos justificar la agresión -la más dura de las agresiones verbales- desde el punto de vista de los miedos y sentimientos que se infunden en las personas? Eso si que es de una ironía patética y triste -y no hace falta usar comillas- cuando precisamente hablamos de defender el judaísmo. Solo hay que ceñirse a los hechos y los razonamientos, siempre con mesura ("No seas demasiado") y buen juicio. Lo que exceda solo justifica respuestas y contra-respuestas basadas, todas, en la irracionalidad ¿Cómo puede estar nadie a favor de una escalada demagógica de este tipo?

    "Por suerte este “escándalo” no pasó a mayores, aunque sirvió como muestra de que tan bajo puede caer un “humorista”, así como de los ridículos malabarismos corporativos de sus colegas para defenderlo del omnipotente y maléfico lobby judío."
    Por desgracia dice otra cosa. Se hace un daño irreparable a la imagen de la colectividad con defensas de este tipo.

    Ironizar sobre las amenazas, desde la opinión de que los judíos son diferentes -con la generalización que se ha hecho- es denigrante y real. Peor es la defensa de un "lobby judío" como tal, justificando lo injustificable, cuando lo cierto es que no existe tal unidad. Por fortuna, los judíos no son un grupo de descerebrados defendiendo tener más derecho que los demás. Por fortuna no es cierta tal generalización, aunque haya incluso a quien se le ocurra que es una discriminación "a favor" ¡Por favor...

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  10. No hace demasiado tiempo Quilmes estrenó una publicidad -cuyo slogan final era "del encuentro entre machismo y feminismo nace el igualismo"- que fue analizada por el Observatorio de la Discriminación en Radio y Televisión. El slogan fue posteriormente modificado.

    Pero la cuestión no deja de ser interesante en tanto resulta muy cercana a la operación de Soliloco, quien considera que la generalización de Angus puede "dar pie a consideraciones antisemitas", describe la situación acontecida como una "manipulación del holocausto" realizada por "algunos judíos" en contra de "otros judíos de corriente casi opuesta" (en la misma línea de la hipótesis del "autoatentado de la AMIA"), para finalmente atribuirle a su interlocutor la defensa de un "lobby judío" haciendo caso omiso de la ironía del comentario de éste. Eso sí, siempre enrolándose en "el bando de quien busque diálogo y comprensión".

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