---x--- El más ambicioso proyecto: clasificar a la totalidad de la juventud argentina ---x---

25 de abril de 2011

Teléfono para 6,7,8: se llama capitalismo.


Muchas personas suelen cuestionar a 6,7,8 por reducir los argumentos del adversario y distorsionar el verdadero significado de su mensaje mediante el carácter manipulativo de la operación de edición. Se presenta a 6,7,8 como una voz monolítica que simplifica la multiplicidad de opiniones y que no exhibe el “whole picture” que enmarca a un debate. Sin embargo, no tengo nada para decir de los puntos anteriores (propios de la toma de postura en el contexto televisisvo) sino que lo cuestionable se encuentra en otro lado, a saber: aunque uno puede acordar con muchos de los enunciados presentados en el programa, el problema es que los panelistas no llevan sus razonamientos hasta sus últimas consecuencias. Es decir, en el análisis de 6,7,8 habría que aplicar el procedimiento que Adorno denomina “crítica ideológica”, consistente en confrontar la idea con su realización. Esto es lo que comentaré a continuación:
1) 6,7,8 no lleva los razonamientos hasta sus últimas consecuencias: tomemos una de las consignas más trilladas de 6,7,8: “Una corporación mediática privilegia sus intereses económicos particulares por encima del interés general de la comunidad de recibir información de calidad”. La afirmación describe a las empresas privadas de todos los rubros y no sólo a aquellas dedicadas a la comunicación. En una economía capitalista las empresas se rigen, en primer término, por la búsqueda de rentabilidad. El interés social no ingresa en el cálculo económico o constituye sólo una variable marginal ¿Acaso las empresas mineras (de las que el programa no tiene nada para decir) no colocan el lucro por encima del interés de la comunidad cuando, con su explotación masiva y sucia, contaminan las aguas, el aire, los suelos, afectan la salud de las poblaciones aledañas etc.? ¿Acaso la industria alimenticia no ha logrado mediante el empleo de plaguicidas químicos duplicar la incidencia de cáncer y enfermedades crónicas de los consumidores en los últimos 30 años (es decir, en el período en que creció exponencialmente la industrialización de los alimentos)? ¿Acaso la industria metalúrgica no ha sido señalada por envenenar la sangre de sus empleados con plomo y otros metales, conduciendo a enfermedades como el saturnismo? ¿Acaso la industria textil no está a la vanguardia en la utilización de trabajadores semi-esclavos o esclavos en los países periféricos? Ergo, lo que 6,7,8 señala para las empresas enemistadas con el gobierno nacional es válido para la totalidad de las empresas, porque es un rasgo intrínseco al funcionamiento del capital y su reproducción. De aquí podemos concluir el segundo punto:
2) La crítica debería extenderse más allá de las alianzas y disputas coyunturales que el gobierno nacional tenga con los agentes económicos. Es importante pasar de un cuestionamiento de las conductas particulares de los agentes en cuestión, a un análisis crítico del sistema como tal. Esto nos lleva al siguiente punto:
3) 6,7,8 moraliza y personaliza conflictos económicos y sociales que deberían ser explicados estructuralmente. El programa suele explicar las conductas de “la corpo” por ciertos atributos reprobables en la personalidad e ideología de sus líderes, según los panelistas, perversos, mal intencionados, mentirosos, autoritarios, anti-democráticos y con una trayectoria tan oscura como sus ideologías. Lo que se debe decir es que, independientemente de que haya empresarios que sean maléficos y empresarios que sean sensibles y tiernos, el sistema capitalista no requiere de personalidades perversas para hacer funcionar su implacable y destructivo mecanismo. Esta es una de las grandes enseñanzas de Hanna Arendt con su concepto de “banalidad del mal”, construido en relación a la figura de Adolf Eichmann. La autora sostiene que, a diferencia de lo que muestra el sentido común, la brutal maquinaria de la muerte industrializada del régimen nazi se sostenía en la labor cotidiana y desapasionada de opacos funcionarios burocráticos que se percibían a sí mismos como meros instrumentadores de la racionalidad y eficacia técnica. El señalamiento de Arendt nos conduce a prestar atención a la red de relaciones sociales y no a las personas que coyunturalmente ocupan los espacios que aquella delimita.
4) Al concentrarse en la prosperidad del país atribuida al gobierno nacional, 6,7,8 es capaz de celebrar hitos del avance del consumo que, bien observados, significan una calamidad para la calidad de vida de la comunidad. Por ejemplo, ¿a qué persona sensata puede producir felicidad que continúe creciendo la industria automotriz y, con ella, el parque automotor? Para 6,7,8 es una buena noticia. A riesgo de repetir los puntos sobre los que han insistido Osvaldo Bayer y Eduardo Galeano, el automóvil lacera con su violencia el espacio urbano, siendo de las primeras causas de muerte del país, produciendo lesiones gravísimas, discapacidades, contaminación gaseosa y sonora, jerarquizando el tránsito entre los que tienen auto y los que no, vulnerando el derecho de peatones y ciclistas y, en otro orden, alimentando la cruel industria del petróleo y las guerras que por ella se desatan. El auto no nos permite imaginar modalidades más saludables de transportarnos en el espacio urbano (con dispositivos que ya están en uso, como la bicicleta u otros sustentables) ¿Quién se puede alegrar con la expansión del automóvil? No hay que olvidar que los indicadores que resultan favorables para un gobierno en el marco de la economía capitalista, pueden no ser otra cosa que indicadores solamente favorables a la economía capitalista, pero lastimosos para la humanidad en su conjunto.
5) 6,7,8 sostiene una polarización entre el Estado y el sector privado que la realidad desmiente. Muchas expresiones fuertemente politizadas de la sociedad civil señalan que es posible construir una comunidad más libre en espacios alternativos que se sustraen tanto de la lógica mercantil como de la regulación del Estado (o, para ser más precisos, que entran en “negociaciones” tanto con intereses particulares como con la autoridad pública, pero protegiendo su autonomía básica). Estos espacios suelen ser ejemplares por las relaciones sociales que se desarrollan en su interior: horizontales, no jerárquicas, asamblearias o reticulares, ajenas al principio de la autoridad y disciplina, con derecho al disenso y búsqueda de consenso. Algunos casos ilustrativos son: las asambleas barriales que tuvieron su furor en el 2002, la FLIA (Feria del Libro Independiente y Alternativa) donde se reúnen escritores que no tienen lugar en las editoriales mainstream, los grupos artísticos que recuperan edificios abandonados para ponerlos a funcionar como centros culturales comunitarios, los grupos a favor del software libre y el “open source”, el movimiento Copy Left y quienes que se resisten a la propiedad intelectual, las iniciativas por los derechos de los ciclistas y modos más saludables de ocupar el espacio urbano, tales como aquellas de la Masa Crítica, los grupos de mujeres que autogestivamente producen material informativo sobre métodos anticonceptivos y aborto seguro, y muchos otros. Estos colectivos, con sus diferencias, parecen atravesados por una misma consigna: no esperes ninguna legitimidad de la industria o del Estado: hacelo! Es en estos grupos donde se vislumbra la utopía que, tarde o temprano, devendrá futuro. El porvenir está aquí y celebro cada vez que el parlamento acompaña estos procesos. Aunque, la mayoría de las veces, las iniciativas verdaderamente radicales suelen tener una expresión testimonial en el ámbito parlamentario.

9 comentarios:

  1. Brillante analisis: No es solamente interesante, sino tambien nutritivo leer puntos de vista tan 'deotrolado' (Casi ponia 'outside the box', pero no, simplemente tenes tu propia box),
    este tipo de opticas tan particulares te enseñan un monton.

    Gracias!

    ResponderEliminar
  2. El análisis está muy bueno, pero si bien la empresa de medios se maneja tanto como cualquier otra empresa, como decís, el discurso que genera es diferente. Nadie espera en Ford o Fiat que estén diciendo como son las cosas, en cambio eso si se espera (o el imaginario lo espera) en un medio de comunicación que no se presenta como una empresa, sino como un lugar de expresión, en principio, sin ideología (más allá de que sepamos que la tiene).

    Por eso si me parece interesante como función de un programa, desmantelar la idea de que un medio de comunicación es algo ajeno a la lucha de una empresa por mantener su poder y sus recursos económicos.

    Después podemos discutir si el programa lo hace bien o mal o encontrarle todas las contradicciones que tiene, como bien marcás en los siguientes puntos.

    ResponderEliminar
  3. Me pareció muy buen analisis. Sinceramente no lo habia pensado asi.
    Andres, por que será que ya no te puedo seguir en twitter? una verdadera pena.

    ResponderEliminar
  4. voy al punto 3 , la palabra malefico puesta al servicio de la descripcion de Herrera de Noble , suena a comic , muy adecuada para los maleficos personajes que podes llegar a leer en los comics . No suena muy apropiada para describir a una persona enjuiciada por el robo ilegitimo de bebes y la apropiacion ilegitima de una empresa que fabrica papel , eso no es moralizar , decir esto esta mal esto esta bien , eso dejalo para los comics ; las personas que cometieron semejantes atrocidades no tienen que ser moralizadas , tienen que ser juzgadas por la justicia , en la medida de lo posible , antes que termine el proximo milenio . Y por otro lado la citas a Ana Arendt y su maquinaria de matar gente , como si la gente que mata a otra gente no fuera gente sino meros mecanismos roboticos sin sentimiento alguno , sino meros engranajes , un argumento no muy diferente al que utilizaron los milicos con la obediencia debida , si son robots y meros engranajes que lo sigan siendo dentro de una unidad carcelaria.

    ResponderEliminar
  5. el punto 5 es muy interesante la consigna , para proyectos independientes y experimentales que estan muy copados y ojala duren en el tiempo , no como la mayoria de las asambleas barriales que se diluyeron con el tiempo . porque decis que la feria del libro independiente se susrae de la logica mercantil , acaso no venden los libros ? buenisimo seria que puedan vivir de lo que crean. observo muy poca gente iluminada por la autogestion gene energetica que hace cosas sin que nadie lo empuje detras , buenissimo seria que se reproduzcan , los necesitamos !!

    ResponderEliminar
  6. Damián, la elección de la palabra "maléfico" es adrede para parodiar el estilo de análisis del programa. Obvio que si el personaje cometió un crimen debe tener una condena. Pero eso va por un carril distinto al análisis de las corporaciones mediáticas. El problema es fundar una análisis del sistema sobre los “desvíos patológicos y delictivos” de algunos de sus agentes económicos y no proponerse captar lo “patológico” que es el sistema mismo, incluso cuando no están presentes (así reconocidos por la ley positiva) delitos. Con respecto a que las asambleas barriales no duraron, se transformaron en otras cosas. En relación al carácter mercantil que le atribuís a la FLIA, si su principal interés fuese el lucro entonces lo están haciendo muy mal. Claro que no lo es. Ah, finalmente te recomendaría que ejercites una inmersión un poco más profunda en los textos de Arendt.

    ResponderEliminar
  7. Comparto totalmente. Muy buen análisis.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  8. Muy bueno el análisis. A 678 le veo techo, sin negar su importancia.

    ResponderEliminar