El pensamiento
racionalista de Descartes reduce al cuerpo a ser un objeto más, otra sustancia
regida por las leyes naturales y que, por ocupar un lugar en el espacio es
objeto de mensura e intervención humana. Este dualismo del cuerpo y la mente
funda otras dicotomías semejantes como ser la de la cultura y la naturaleza, lo
material y lo espiritual. Sus marcas se pueden ver en las diferentes corrientes
filosóficas contemporáneas. El cuerpo se vuelve entonces una materia que no sólo
puede corromperse sino que está sometida a este proceso incólume de
degradación. Mientras que el pensamiento es elevado a la más alta jerarquía y
considerado como puro e inagotable, el cuerpo es la materia que se puede
intervenir, modificar, disciplinar.
El primer cambio que acontece en la
posmodernidad es una consecuencia inevitable de la mayor individuación. Ante el
nuevo predominio de la realización individual, este foco súbito e intenso sobre
la persona, el cuerpo pasa a ser la medida del límite, la materia que
posibilita la separación entre el yo y los otros. La subjetividad posmoderna es
típicamente narcisista, surgida de los procesos de personalización y
estetización del yo. En términos ideológicos, las grandes causas modernas son
reemplazadas por una microingeniería de la vida cotidiana donde el sujeto se
propone alcanzar el bienestar y la felicidad a través de la realización
individual (el éxito profesional, la práctica deportiva, terapias alternativas,
la autoayuda etc.). Esto conlleva a una enorme apatía en términos políticos, un
descreimiento del sistema de partidos y falta de interés por todo tipo de
asociaciones colectivas que trasciendan la ética individual.
Generar un culto del cuidado y la
estética corporal es casi una consecuencia directa del individualismo. La
búsqueda obsesiva de la juventud es también una huida ciega de la inevitable e
inquebrantable muerte. Se persigue la evitación de la dolorosa idea de la
descomposición de la materia corporal, sustentado por un auge descomunal de la
vida cibernética en donde la degradación de los material parecería no tener
sitio. La fantasía de escaparle a la ruin y corrompible materia está apuntalada
por promesas provenientes del campo tecnológico.
El cultivo del cuerpo permite la
aparición de un completo mercado dedicado al cuidado estético, volviéndose aquellos
productos de primera necesidad. En este
contexto el cuerpo es monitoreado, luchando contra la descomposición de
la materia. Se intenta descrifrar los signos de esta degradación y
combatirlos. Las intervenciones quirúrgicas abandonan el limitado cerco
del
campo médico para trasponerse en el campo de la estética. La propuesta
es
reciclar el cuerpo, como si se tratase de una obra arquitectónica, junto
a la
contribución del deporte y las dietas.
La seducción reemplaza entonces al paradigma
del control y la supervisión de la modernidad. Las relaciones de producción pierden terreno
frente a las relaciones de atracción, que se erigen como reguladoras de los
ámbitos del consumo y de la producción social. La tendencia al hedonismo y al
ocio productivo se instalan y movilizan recursos tras de sí.
El hedonismo es un estilo de vida,
caracterizado por la apertura a la experiencia placentera y al cultivo de lo
sensual. Usualmente el hedonismo es rechazado desde una perspectiva moral y se
lo acusa de conspirar contra una auténtica felicidad en el largo plazo.
Hola. "Entrenida" fenomelogía posmo. (como protofiloferroso vengo a escupir): partir de un filósofo positivista para terminar siendo una ventana teórica de sí mismo no me permite mas que interpretar un hedonismo propio de tu caracterización de la actualidad y del ser (bello, o en este caso, conocedor) en producción constante, estétamente hedónico. Me siento moralmente obligado a recomendarle a Alain Badiou, posmarxista francés. O la discusión que plantea el que juega de local, Tomas Abraham en su libro "Batallas éticas", entre Badiou y Rorty. Axioma duro y positivista vs debilidad existencial. Es un gran libro. ¿paradigma de lo visual, o de la información?
ResponderEliminarGracias por la recomendación, la tendré en cuenta!
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