1) Bicicletas
Reivindico la bici no sólo en su uso recreativo sino como medio de
transporte. Autopropulsado, sustentable, no-violento,
que de ser usado masivamente reduciría al mínimo imaginable la cantidad de
accidentes de tránsito. Es el transporte que iguala a todos los integrantes de la
comunidad en movimiento, no existiendo entre los ciclistas jerarquías como las
que se establecen entre los automovilistas y el resto.
Pero sobre todo la bicicleta nos enseña que los problemas que genera
el avance tecnológico, en este caso la congestión vehicular y la violencia que
introducen los autos en la ciudad, no se combaten con más tecnología sino
volviendo a lo simple.
Cada auto particular (que conduce a un promedio de 1,2 personas) ocupa el
espacio de 8 bicicletas. Cada auto estacionado ocupa el espacio de 36
bicicletas plegadas.
No se trata de una diatriba contra los autos particulares. Se trata de
que en la planificación urbana los autos se subordinen al transporte público, a
las bicicletas y a los peatones.
Esto se hace con medidas de accesibilidad, como aquellas destinadas a
conectar a los ciclistas con otros medios de transporte, y con medidas para
desalentar el uso de autos particulares. Se consigue operando sobre la
principal variable que regula el flujo de autos en la ciudad que es el espacio disponible
y gratuito para estacionar.
2) Woody Allen
Una gran inspiración
tanto por sus textos como por sus películas. Destaco lo que llamo el
existencialismo de lo cotidiano. La forma en que refiere las angustias existenciales no a
entidades superiores, trascendentales, sino a datos banales de la existencia.
Esto queda retratado en una escena de Play it again, Sam.
Es un juego de
guerra, una suerte de ajedrez oriental pero, como escribió Delezue, si el
ajedrez es una batalla entre ejércitos regulares en un frente, el Go consiste en una guerra de guerrillas, en donde es posible surgir en el campo del enemigo.
Una peculiaridad del
Go es que tiene sólo 4 reglas con las que se organiza una gramática compleja.
4) La oratoria de Lacan.
Uno de los más grandes oradores de todos los tiempos, por su puntuación, sus silencios, la creación de
suspenso. Fascinante Jacques Lacan.
5) Nigún
Un elemento central
de mi identidad es ser judío. Las próximas 3 maravillas están dedicadas al
judaísmo.
Lo primero que
destaco es el nigún. Es una expresión musical propia del movimiento
jasídico, religioso, que consiste en algo simple: el rebbe tararea una
melodía y sus discípulos, los jasidim, lo siguen. Van a ver cómo los presentes en la ceremonia acompañan el
canto con el movimiento corporal, oscilando hacia delante o
golpeando lo que tienen a mano. Esto es así porque, al ser el ningún parte de
la liturgia, hay una mitzvá, un precepto, según el cual se debe alabar a Dios con el cuerpo y con el alma. De allí el movimiento corporal.
6) Zog nit keinmol - Himno de los partisanos judíos.
Otro pilar de mi
identidad judía es el idish y la memoria del Holocausto. De niño mi superhéroe
favorito no era Batman, ni Superman, sino Simon Wisenthal, el cazador de nazis.
Un capítulo destacado de la memoria del Holocausto es la de los partisanos
judíos que resistieron al régimen nazi. El patrón narrativo dominante del
Holocausto suele entregar imágenes de sumisión y sometimiento. Pero hay otra
historia. Esta sexta maravilla es el himno de los partisanos judíos, Zog nit
keinmol. Está en idish, idioma que lucha por su supervivencia después del
Holocausto. Zog nit keinmol fue escrito a los 21 años de edad por Hirsh Glick, un habitante del gueto
de Vilna. El poeta fue fusilado al año siguiente al intentar
escapar de un campo de concentración en Estonia.
7) Eretz nehederet - Programa de humor de la TV israelí.
El tercer pilar de
mi judaismo es la vida judía contemporánea en la que juega un rol primordial el
Estado de Israel, donde habita casi la mitad de los judíos de todo el mundo. La
última maravilla es un programa de humor de la televisión israelí, Eretz
nehederet. Este show es
el Saturday Night Live de Tel Aviv. Destaco cómo en el programa los israelíes se ríen de sí mismos. La sociedad
civil israelí es moderna y no hay una visión monolítica sobre los asuntos; lo que hay en abundancia es debate.
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